domingo, 7 de octubre de 2012

Capítulo 3

Los bomberos penetraron en la habitación donde la joven escuchaba música tranquilamente. Pese a la múltiples quejas y berrinches de esta, la llevaron hacia la cocina, tal cual les había dicho la alemana.

-Para, tranquilizate. No te das cuenta que ya fue?-Dijo Sandy observando a su hermana menor.

-Ya fue que? No, no!-Se quejó Dagna.

-Es una forma de decir.-Se excusó la joven, aunque asumía que el viaje estaría cancelado.

-Por favor Peter y Gaspard, pueden retirarse, y llévense a los bomberos, muchas gracias.-Dijo la alemana.

Dicho esto los hombres obedecieron a la perfección y se retiraron del lugar. En la habitación solo quedaron Sandy y Samantha, a quien le dedicó una mirada.

-Con usted quiero hablar señorita.-Comenzó.-Lo que hacer arriba ser horrible, espantoso... una pesadilla! Yo no aguantar más en esta casa de locos, cuando vuelva el señor Paula yo volver a Alemania y... y...

A continuación la mujer hizo un gesto de malestar como si tuviese falta de aire, mientras intentaba hablar, pero las palabras no salían de su boca.

-Dagna!-Dijeron al mismo tiempo.

Pero no lograron atraparla y la mujer cayó desmayada, Sandy le dedicó una mirada asesina a su hermana.

Mientras tanto en los barrios bajos de Londres...

La banda sonaba mejor que antes, sin dudas, pero Caitlin corría en el escenario de un lado para el otro, bailando y haciendo cosas extrañas.

-Hey calmate, vas a romper todo.-Dijo la joven de cabello oscuro una vez que el ensayo fue interrumpido.

-Perdón, no fue intencionalmente.-Se justificó Cait.

-Hagamos una cosa, mejor sal afuera a tomar un poco de aire, para dar una vuelta nada más.-Dijo Ron.

La joven se fue algo enojada del lugar.

-No es nada!-Agregó él.-Por qué tanta mala onda? Si no hizo nada.

-Es hiperactiva, casi rompe todo.-Contestó la joven rubia.-Se enredó en los cables de los equipos!

-Caitlin es muy torpe, y es así en el escenario... con que cara miramos al empresario?-Agregó la otra.

Caitlin aún seguía allí, y escuchó aquello, por lo que decidió irse de una vez.

Mientras tanto en la residencia McCartney...

-Dagna reaccioná por favor... Dagna!-Decía Sandy mientras intentaban sentarla inconsciente en una silla.

-Se habrá muerto?-Preguntó Samantha exagerando.

-No digas estupideces, intentá que no se caiga mientras llamo a un médico.

-Qué? No!-Dijo la joven.

-Por qué?

-Si Paul se entera que a Dagna le agarró un ataque por mi culpa me cuelga en la plaza principal!

-Y entonces que hacemos? La enterramos viva en el sótano?

-No te hagas la chistosa y ayudame a pensar algo.-Se quejó la otra.

-Qué le pasó a Dagna?-Preguntó atónita Beatrice entrando en la habitación.

-La mataron?-Inquirió Willy que venía tras ella.

-Basta, cállense. Solo está desmayada.-Dijo Sandy nerviosa.

-Bueno, pará. Este.. como se llama? Peter quiere saber si vamos a ir al campo.-Anunció Beatrice.-Y yo solo quería preguntarle a Dagna.

Sandy no dijo una palabra y salió de la habitación, en busca del conductor del auto familiar, Peter.

-Se suspendió el viaje al campo y Dagna te dio el día libre.-Dijo esta cuando lo encontró.

El joven solo se quedó observándola.

-Qué me miras así?

-Me parece raro que Dagna me haya dado el día libre.-Sospechó él.-Tengo que hablar con ella, sino no puedo.

-No! Emm quiero decir.. bueno, si querés hablar con ella vamos a hablar con ella.-Contestó.-Pero si después te gritan no te quejes.

Ambos entraron en la cocina, donde los demás hermanos controlaban a la pobre mujer inconsciente como si fuese una marioneta.

-Dagna o no que usted le dio el día libre al joven?-Inquirió Sandy.

Willy movió la cabeza de la mujer en un gesto de afirmación, sin que Peter lo notara.

-Ves?-Desafió Sandy.

-Está bien.-Se alegró el joven.-Gracias señorita Dagna!

Dicho esto ambos se retiraron de la cocina.

-Uff.-Susupiró Beatrice al mismo tiempo que Sandy volvía a penetrar en la habitación.-Y qué hacemos ahora con la vieja?

-Están seguros que no está muerta?-Quiso asegurarse Willy mientras pasaba la tapa de una olla en el rostro de la mujer.

-Qué haces con eso?-Se quejó Sandy.

-Lo vi en un millón de películas, si no se empaña es porque palmó.-Dijo el niño con enorme naturalidad.

-Dagna... no se si quedarme o irme, porque...-Dijo Gaspard entrando en la habitación. Advirtió el estado de la Alemana y dejó caer al suelo su maleta.-Qué sucede aquí?

Los McCartney menores se dirigieron miradas cómplices.

(...)

-Y como está?-Preguntó Sandy al cocinero, que estaba sentado en una silla del pasillo del hospital.

-Bien, solo fue un pico de presión.-Comentó el hombre.-Nada más se quedará hasta mañana por la mañana. Hagamos esto: yo voy a cuidar a tus hermanos y vos te quedas acá.

-No, no, no, a mi la sangre me da impresión.-Se excusó ella.

-Y qué tiene que ver sangre con la presión?!

-Es que... leí que si tenés un pico de presión podría salir sangre por la nariz, y si la veo me desmayo y me tendrán que internar a mi y no.-Dijo la joven inventando.-Mejor quedate vos... si?

-No, no. Yo no me quedo con la bruja.-Agregó el cocinero.

-Gaspard! Es un favor... recuerdas aquella vez que te salvé de que Dagna te pescara tomándote el licor de huevo?

-Me estas chantajeando?-Se quejó el hombre.

-No! Además, Paul va a recompensarte este favor.

-Con un aumento?-Se emocionó el hombre.

-Eeeh... si, con un aumento.-Contestó la joven.-Quedate al lado de Dagna así te hago buena propaganda.

-Está bien.-Dijo contento el ingenuo hombre.

La joven salió del hospital, satisfecha de no tener que ser ella quien se quedase ahí.

-Sandy es la mejor de los McCartney!-Susurró contento el cocinero.

Mientras tanto en los barrios bajos de Londres...

Caitlin se encontraba reflexionando sentada bajo una escalera que se encontraba en la calle.

-A ver... que pasa?-Preguntó su primo que la había encontrado.

-Nada.-Contestó ella con la voz entrecortada.

-Claro, y por eso andas revoloteando por todos lados y llorando no?-Preguntó.

-No estoy llorando.-Agregó.

-Tomá limpiate.-Le ofreció su pañuelo.

-Gracias.-Lo agarró y se secó las lágrimas.

-Ah, no estabas llorando.-Dijo con sarcasmo.-Que pasa?

-Es que los escuché hablar, y tienen razón. Siempre rompo todo, tiro todo...

-No, si sos divina! Tenes actitud y cantas bien.-Dijo Ron.

-Pero siempre rompo todo.-Volvió a decir la joven.

-Escucha esto y saca tus propias conclusiones.-Dijo el joven 

Comenzó a golpear una madera como si fuese una batería y cantar la misma canción que hacía un rato ensayaban.

-No canto bien.-Agregó. Caitlin rió ante el comentario.

El joven comenzó a cantar de nuevo esta vez acompañado por ella.

-Ahí va.-Dijo tocando aquella batería improvisada.

Ambos comenzaron a ponerle más sentimiento al punto de que Caitlin se subiese a la escalera que allí estaba para hacer más emocionante todo.

En ese momento el otro joven de la banda se acercó a Ron.

-Qué sucede?-Preguntó este susurrando.

-Llamó el representante... el famoso empresario no vendrá.-Anunció.

-No puede ser, siempre lo mismo. Promete y no cumple nada.-Se enojó el joven.

En el momento en el que Caitlin terminó de cantar, una joven que la observaba la aplaudió.

-Hola.-Dijo Cait bajando de la escalera.-Te gustó?

-Si, me encantó! Mi nombre es Sandy.-Se presentó.

-Soy Caitlin Flack.-Dijo a modo de saludo.

-Mucho gusto, me encantó.-Agregó la otra.

-Enserio? Hoy tocamos con la banda, podrías venir a vernos.

-Me encantaría.

-Es a la noche en...

-Caitlin.-Interrumpió su primo.-Eeh... no.

-No que?-Inquirió la joven.

-Se pudrió todo, el empresario no viene.-Dijo el otro joven.

-Callate, enserio? O no quieren en cante?

-Enserio.-Dijo serio su primo.

-No puede ser! Una vez que voy a cantar yo...

-Pero, no. Quizás yo te cambie la suerte y encuentre un lugar para que cantes.-Agregó Sandy en un tono misterioso.

lunes, 20 de agosto de 2012

Capítulo 2

El teléfono comenzó a sonar, interrumpiendo el romance entre Paul y Jazmin.

-No atiendas amor, quedate conmigo.-Propuso ella.

-No, puede ser de la empresa.-Contestó preocupado el castaño, y se puso el teléfono a la oreja mientras ella se quejaba.-Hola?

-Hola, señor? Paul?-Se oyó del otro lado de la línea.

-Si, que sucede Gaspard?-Preguntó él, reconociendo la voz de quién hablaba.

-Bueno... es que... Samantha se encerró en su habitación porque no quiere ir al campo!

-Pero como que no quiere ir?-Preguntó sorprendido el mayor de los McCartney.-Pasame con Dagna.

-No puedo.-Contestó he hizo una pausa, pensando como diría lo siguiente, pero optó por hacerlo todo de una vez.-No puedo porque está colgada de la ventana de Samantha y no puede bajarse.

-Que?!

-Si, esta mujer en cualquier momento se va a pegar el golpe de su vida!-Dijo el cocinero.-Pero quédese tranquilo, voy a llamar a los bomberos!

No dio oportunidad a Paul de decir algo o aunque sea de reaccionar, puesto a que ni bien acabó de decir esto, cortó la llamada.

-Los bomberos... ¡en mi casa!-Fue lo único que atinó a decir Paul aún con el teléfono en la mano.

Mientras tanto en los barrios bajos de Londres...

-Ni una nos puede salir bien.-Se lamentaban los muchachos.

-No encuentro a Caitlin.-Dijo Ron entrando en la habitación.

-Debe haberse ido, si sabe que es la culpable de esto.-Dijo un joven sentado en la escalera.

-Qué culpable? Alguien debía ponerle límites a Amelie.-Saltó otro.

-Pero justo hoy tenía que irse? No podía haber esperado a que pasase la presentación?-Se lamentó la joven de cabello oscuro.

En ese instante Caitlin entró al lugar, con cara de pocos amigos.

-Busqué a Amelie y le grité que si ella volvía, yo me iba para siempre, pero no quiso saber nada. Así que vengo a pedirles perdón.-Dijo rompiendo el silencio.-Bueno, me voy a ir porque no quiero seguir arruinándolo.

-Tranquila.-La consoló su primo.

-Hola chicos, todo bien?-Preguntó el representante entrado al lugar.

Mientras tanto en París, Francia...

-No puedo entender por que hace estas cosas.-Se lamentaba Paul.

-Es una adolescente, solo quiere lograr que Dagna se enoje.-Jazmín intentaba buscar alguna explicación.

-No, quizás el responsable sea yo.-Contestó Paul, martillándose la cabeza sin piedad.-No sé como tratarla a ella, ni al resto de mis hermanos.

-Mi amor, no te hagas esto, es injusto.-Contestó ella.-Además, nosotros tenemos otras cosas en las que pensar, como la función, si? No quiero llegar tarde.

-Perdon Jazmín, pero yo no iré.

-Que?

-Lo que escuchaste, yo no voy.-Dijo negando con la cabeza.-Mi casa es un desastre, los bomberos, la institutriz colgada de una ventana. Voy a llamar al piloto para que prepare el avión, ya mismo vuelvo a Londres. Si no querés volver conmigo no tengo ningún problema.

-No! Mi amor.-Dijo ella sacándole el teléfono de las manos.-Es una chica, es adolescente, se encerró en su cuarto porque es rebelde, cual es el problema? No es justo, yo tengo todo para ir a esa fiesta, va a ir todo el mundo y es la primer gala europea del año, no es justo lo que haces.

-Pero no entendés que mi casa es un desorden y mis hermanos me necesitan?-Preguntó él.

-Y yo? Yo también te necesito Paul.-Dijo ella.-Tengo las entradas, tengo mi vestido...

-Y a vos te importa más dos entradas para ir al teatro que lo que estoy diciéndote? Mis padres murieron, yo soy el mayor, si no me hago cargo quién lo hará?-Dijo Paul algo enojado.

-Tienes razón.-Dijo ella luego de varios segundos de silencio.-Perdón..

-Está bien.-Contestó Paul.

-No, enserio, perdón.-Volvió a decir Jazmín.-Voy a volver con vos a Londres.

A continuación se abrazaron pero ella rodó los ojos, seguía convencida de que eso era cosas de un adolescente normal y podía solucionarse sin tener que volver a Inglaterra.

Mientras tanto en los barrios bajos de Londres...
-Alguien puede explicarme que pasa aquí?-Preguntó el representante entrando al lugar.


-Yo le explico.-Dijo Caitlin.

-No, tu no!-Contestaron los demás.

-Si, dejame.-Dijo y comenzó a hablar.-Resulta que yo no soportaba a Amelie, entonces la agarré de los pelos, entendés?


-No, no entiendo. Cuál es el problema con Amelie?-Dijo impaciente el hombre.

-Amelie... abandonó la banda.-Dijo Ron de una vez.

-Qué? No! Como que abandonó la banda?-Contestó el hombre.-Y ahora que hago tengo que...

-No, no.-Interrumpió Ron.

-Tengo que llamar al empresario y cancelar todo.-Siguió diciendo.

-No, ya está todo solucionado.-Contestó el joven.-Tenemos a la nueva reemplazante.

-Me estas hablando enserio?-Dijo él.

-Si, la nueva cantante es Cait.-Contestó Ron y ambos voltearon.

-Si, Cait.-Dijo ella.-Espera... yo?

-No pueden reemplazar a Amelie de una hora para otra!-Se quejó el hombre exhausto.

-Por qué no? Basta de Amelie, borrón y cuenta nueva, la única que sabe las canciones es Cait.-Contestó Ron.

-Si, además canta mejor y es más simpática!-Agregó la joven de cabello oscuro.

-Pero no me importa como cante, no se trata de eso, se trata de profesionalismo.-Siguió el hombre preocupado.-Esto no es profesional. Qué le digo al empresario? ''Mire tuvimos que cambiar a la cantante...''

-Pero por lo menos estamos en el mismo rubro.-Dijo Caitlin.

-Evitá los chistes baratos.-Dijo él.-Voy a llamar al empresario y cancelar todo... todo!

Dicho esto, tomó el teléfono y comenzó a marcar.

-Ya saben que hacer chicos.-Dijo un joven y tomó la guitarra.

Comenzaron a interpretar una canción que ellos mismos habían escrito ''Peter's Army'' era su nombre, una larga historia. A continuación comprendieron cual era la intención y comenzaron a cantar.

-Bueno, está bien, haces el reemplazo.-Declaró el hombre colgando el teléfono, era evidente que le había gustado, pero nunca lo diría de esa manera.

Los muchachos festejaron y Caitlin salió del lugar en un bicicleta. Se dirigió a unas pocas calles de allí, a la peluquería de su tía.

-Amy tengo que contarte algo!-Entró al lugar.-Vení!

-Qué pasa querida?-Dijo ella mientras le ponía extrañas cosas en el cabello a una mujer.

-Vení afuera!

-Estoy con un cliente.-Contestó la mujer, pero cambió de opinión muy rápido.-Está bien.

Salieron a la calle tal y como estaban, Amy, su tía, llevaba uno de esos extraños sombreros de peluquería.

-Tengo que contarte algo!-Dijo emocionada Caitlin.

-Esa parte ya se!-Contestó ella aún más emocionada.-Y usted que mira? Es la última moda en Francia!-Dijo a un hombre que pasaba por allí y observó su sombrero.-Viste como me miraba?

-Si.

-Bueno, y de que se trata?-Preguntó la mujer.

-Necesito que mi ayudes a hacer un vestuario para la banda.-Contestó otorgándole un toque de suspenso a la situación.

-Pero, pará. Hay algo que no entiendo, por qué tengo que ponerme a coser YO si vos sos la que hace esas cosas?-Dijo la mujer.

-Era...-Contestó Caitlin con una sonrisa.-Ahora soy la cantante!

-La cantan...?

-Si.

-La cantan...

-Si!

-La can...

-Si tía, la cantante!

-Ay, no lo puedo creer!-Dijo emocionada.-Mi Cait, la más linda, la más bonita, va a ser famosa!

-Si tía!!

-Me encanta Cait.-Dijo y comenzó a saltar.

Mientras tanto en la residencia McCartney...

Todos observaban algo impasientes como los bomberos ayudaban a Dagna a bajar de las escaleras, que observándolas detenidamente, no eran tan altas.

-Tomá un poco de agua.-Dijo Sandy alcanzándole un vaso cuando ya estaba por fin con los pies en la tierra.

-Gracias.-Dijo y tomó un sorbo.-Samantha! Por qué querer matar de un ataque al corazón a Dagna, eh?

-Ayudame a levantarla.-Dijo Sandy a su hermana Beatrice.

-Esto no va a quedar así, eh!-Dijo la mujer y se acercó a un bombero.- Usted disculpe la molestia señor, pero usted poder ayudarme que niña quedar encerrada allí arriba?

Mientras tanto en algún lugar de Londres...

-No sabes lo contenta que estoy.-Decía Amy mientras se peinaba el cabello.-Que ese trucho del representante te halla dado una oportunidad.

-Si, yo también, pero Ron me ayudó mucho.-Contestó la joven.

-Ron te adora... quién no te adora Cait?-Dijo la mujer y se puso melancólica.-Si tu madre estuviera aquí estaría muy orgullosa.

-Mi padre también.-Contestó y tomó un retrato de un hombre vestido de marinero.-Podría venir a visitarme...

Su tía no supo que contestar por lo que solo asintió con la cabeza. Caitlin dejó el retrato en su lugar y tomó una nuez que se encontraba en la mesita de noche.

-Me acuerdo cuando tu madre te regaló esa nuez.-Dijo la tía.

-La extraño tanto...-Susurró la joven.

-Lo sé. Ella está acá con vos, aunque no puedas verla.

Caitlin pareció asustarse y observó a los lados, pero luego comprendió lo que su tía estaba tratando de decirle. Al cabo de un rato, se quedó profundamente dormida, ese iba a ser un largo día.

-Cait, es tarde.-Oyó distante que alguien le hablaba, parecía ser un sueño.

-Caitlin.-Nuevamente.

-Cait, levantate que es tarde!-Gritó su primo Ron a su lado.

-Ahh!-Se asustó ella.

-Es tarde!

-Como vas a despertarme así?!

-Qué pasa acá?-Preguntó la tía entrando en la habitación y dándole una tasa a Caitlin.-Toma este café así te despejas de la locura que llevas hoy.

-Tuve un sueño horrible.-Declaró a joven.-Tengo miedo de que sea un presagio.

-Agh no empieces con esas cosas que ves y no son.-Se quejó su primo.

-Qué? Cuantas veces te salvé la vida con mis dolores de estómago?-Se quejó la joven.-Y... que hacés con la remera al revés?

-Es un regalo.-Contestó él, que al parecer era igual de supersticioso que su prima.

-No, pisar caca es un regalo.-Lo contradijo.

-Caitlin olvida tu sueño, mira lo que dice la borra del café.-Interrumpió su tía observando atentamente la tasa vacía.-Este será el mejor día de tu vida.

-Sii!-Festejó la joven fiel a sus creencias.

-Nos podemos ir por favor? Es tarde!-Se quejó Ron.

Dicho esto, los dos jóvenes salieron de la habitación.



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Eeeh volví. Hace mucho que no subía un capítulo y creo que este se había subido y no lo había terminado (no sé que hice) jaj bueno, no importa. Espero que les guste :)



domingo, 5 de agosto de 2012

Capítulo 1 2/2

Mientras tanto en los barrios bajos de Londres...


La banda estaba ensayando por milésima vez, y esta si valía la pena. Eran un banda que principalmente se dedicaban a cantar y hacer shows, aparentemente no era nada seriamente o algo de esa magnitud.


-Buenísimo.-Exclamó Caitlin, la joven de la bicicleta, al terminar de oír la canción.


-Si, buenísimo, pero donde nos vamos a presentar? No tenemos ni un show!-Se quejó uno sentándose en un sofá.


-Bueno, el representante ya va a conseguirles alguno.-Caitlin trató de darles optimismo.


-Qué nos va a conseguir? Si es un estúpido ese tipo!-Se quejó otro.


-Hola mis muchachos.-Entró un hombre al lugar.-Prepárense porque hoy se les da la oportunidad.


Era el manager, representante o como lo quieran llamar.


-Ah, sí? Y que va a pasar?-Preguntó desafiante una muchacha de cabello oscuro.


-Va a venir a escucharlos un hombre muy importante.-Anunció.


-Claro, como siempre, no?-Preguntó el joven de la batería.


-Eh, un momentito, cuando les fallé yo?


-En el casamiento, por ejemplo.-Recordó la muchacha rubia, si quisieran podrían enumerar millones de veces.

-Pero, yo que culpa tengo que la mujer haya abandonado a su esposo en el altar?-Se defendió el hombre.


-Y cuando...-Estaba diciendo Caitlin, pero fue interrumpida.


-No te metas aquí, porque esto es asunto nuestro.-Dijo la joven cantante.


-Eh, quién te crees para hacerla callar?-Preguntó enojado el baterista.


-Yo soy la cantante del grupo, y no soporto que cualquiera opine como si fuese parte.


-Escuchame a mi entonces. Yo soy parte de la banda y voy a decirte lo que pienso.-Dijo otro muchacho acercándose.


-A ver, te escucho.-Contestó desafiante la otra.


Y comenzaron pelearse, como siempre. Un gran desorden se formó en el lugar.


-Bueno basta!-Se quejó el hombre con un tono de voz elevado.-Empiecen a ensayar de una vez.


-Pero, no nos has dicho que vendrá a vernos.-Preguntó nuevamente la joven de cabello oscuro que al parecer era la más pacífica.


-Un empresario muy importante.-Contestó el hombre.


-Un empresario?-Dijo la cantante con un tono de voz interesado.


Mientras tanto, en la residencia McCartney.


-Cuidadoo! Eso es del siglo XVIII, ustedes tratarlo como silla de un bar.-Se quejaba Dagna viendo a los hombres que sacaban los muebles.


-Dagna...-Dijo Willy apareciendo a su lado.


-Ahora no, estar muy ocupada.-Contestó sin darle importancia y siguió dando indicaciones.- Cuidado con eso! Ser cuadro de Mary la difunta madre de los McCartney!


-Dagna...-Volvió a llamarla Willy.


-Yo dije que estar ocupada!-Se quejó e hizo sonar un silbato.-A ver, voy a pasar lista para comitiva para viajar al campo. Willy, Beatrice, Sandy, Costanza está jugando al tennis, Samantha... donde está Samantha?

-Está encerrada en su habitación, no quiere bajar.-Comentó Willy con una tranquilidad que no concordaba con lo que estaba diciendo.


-Queee?! Y por que no decirme antes?-Repuso Dagna y fue en su búsqueda.


-Es lo que estaba intentando decirte!


Mientras tanto en los barrios Bajos de Londres...

-Yo digo que la cantante va adelante y los coros atrás.-Imponía la joven.


-Toda la vida los micrófonos estuvieron en esta posición.-Declaró la joven rubia.


-A ver... donde viste alguna vez al cantante atrás y los coros adelante?!-Se quejó aumentando cada vez más su tono de voz.


-Aquí.-Contestó sarcástica la joven de cabello oscuro.


-Te piensas que soy estúpida? Te irás atrás!-Contestó la otra.


-Cuando terminan con su pelea me avisan, si?-Dijo el baterista y se alejó de los gritos.


Se sentó sobre la escalera, a un lado de Caitlin, quien observaba todo.


-No la soporto!-Declaró este muchacho. Su nombre era Robert, pero todos lo llamaban Ron, un apodo con un juego de palabras que no viene al caso explicar.


-Es insoportable, no comprendo como la aguantan.-Respondió la joven.- Se va a quedar sola, no la va a querer escuchar ni la madre!


-Hablando de madres, ahí viene la mía y trae comida!-Se emocionó Ron.

-Hola mis niños.-Saludó la mujer refiriéndose a su hijo y Caitlin.-Miren lo que les traje... pero cuidado, que esto es solo para ustedes eh!


-Mamá!-Se quejó el muchacho, algo avergonzado.


-Qué sucede? Si te tenés que alimentar!-Contestó y volteó observando al hombre que hablaba por teléfono.-Y ese quién es?


-El representante, por qué?


-El representante? Cait!-Dijo acercándose a ella, algo torpemente.-Ve a hablar con el hombre!


-No, tía.-Contestó la joven.


-Por qué no? Si tienes una voz maravillosa!-Dijo la mujer gesticulando y haciendo movimientos con las manos.


-Mamá!-Volvió a avergonzarse Ron.


-Qué? Si canta mucho mejor que todas ellas!-Señaló.


-No, muchas gracias tía pero no. Me da mucha vergüenza!-Lo admitió por fin.


-Verguenza?!-Exclamó la mujer y rió a carcajadas. Era alguien bastante extravagante, por decirlo de algún modo.-Mírame a mi! Vergüenza es...


-Robar.-Completaron los dos jóvenes, que ya sabían de memoria las frases de la mujer.


Luego de tantas insistencias de parte de la mujer, quien nunca se rendía, Caitlin aceptó. No se veía como una cantante famosa, por decirlo así, sentía que era más bien aquella gente que cantaba en la ducha sin ir más lejos. Varias veces habían descripto su voz como la de ''una blusera del sur de Estados Unidos'', pero Caitlin siempre había atribuido aquella rara descripción a que se había criado en un ambiente así.


- Hola, disculpe, le puedo hacer una pregunta?-Dijo rápidamente al hombre.


-Si es por plata... no tengo.-Dijo cortante el hombre.


-No, no es por eso... Bueno verá, yo no soy una buena cantante, pero tengo carisma, eso creo.-Dijo en voz baja.-Y podría levantar el ánimo de las personas. Podrías tomarme una prueba y si te gusta me vendría bien y...


-Si eres desubicada, mira que venir a decirme esto ahora. Estoy en otra cosa.-Contestó el hombre y se levantó del asiento.- Muchachos, descansen 20 minutos. Solo 20 minutos, eh? Que quiero que esta noche el empresario se vaya con la boca abierta... eh? No tenemos tiempo.

Dicho esto salió del lugar a quién sabe donde, según él, era un hombre muy ocupado.


-Para que le dije?-Se lamentaba Caitlin.


-Pero que tipo tan antipático! Y además, tiene esa cara de... de... no lo soporto. Pero que no decaiga Cait. Ya se va a presentar la oportunidad.-Dijo su tía dando ese típico discurso y observó su reloj.-Bueno, debo irme, adiós querida. 


Al terminar de despedirse, salió del lugar. Amelie, la muchacha que cantaba en la pequeña banda, se acercó.


-Dame el vestuario que quiero probármelo... rápido!-Dijo imponente.


-Dónde te enseñaron a pedir las cosas?-Se quejó Caitlin mientras lo sacaba de una bolsa.


-Rápido, costurera.-Apuró la otra.

-Qué costurera? Te voy a matar!-Se defendió Caitlin, pero la joven no le prestó atención y fue a hacer sus cosas.


-Tranquila.-Intentó calmarla su primo.


-No la soporto más!


Mientras tanto en París, Francia...



-Estás mal? Yo estoy mal, mamá.-Decía la novia de Paul hablando por teléfono.-Tenés que asumir que papá ya no está con nosotros. Por qué no compran una linda casa con Michelle y se van de ahí? Espera, hablamos más tranquilas cuando esté en Londres. Te mando un beso, Paul también.


-Como está?-Preguntó Paul al ver que cortó al llamada.


-Mal, no puede asumir la muerte de mi padre.


-Muy reciente además, no?-Agregó McCartney, que sinceramente no sabía que decir.


-Si, y estar en esa casa es muy feo. Todo le recuerda a él: los muebles, los discos, los cuadros, las fotos.-Contestó e hizo una pausa.-Pero no hablemos más de cosas feas...


Se levantó de su asiento y tomó dos vestidos que se encontraban sobre la mesa. Los observó críticamente y por fin dijo:


-Cuál de los dos te parece que me quedará mejor para la ópera?


-Los dos te quedarían muy bien.-Contestó Paul que estaba simulando tocar una batería en el aire, y esbozó una sonrisa.


-Y eso que quiere decir? Que aún te gusto aunque sea un poquito?-Preguntó ella.


-Si, mucho.-Contestó Paul.


-Y que me amas?-Siguió la joven.


-Que clase de pregunta es esa Jazmín?-Dijo Paul con una sonrisa.-Hace dos años que estamos conviviendo, claro que te amo.


La muchacha, Jazmín era su nombres, sonrió y le dio un tierno beso.


Mientras tanto en los barrios bajos de Londres...


-No ves que no servís para nada?-Dijo Amelie entrando en la habitación nuevamente.-Esto es una porquería!


-No es una porquería.-Se defendió Caitlin.

-Ah, no es una porquería?-Dijo sarcástica la otra.


-Es hermoso, sucede que no te queda lindo, porque no te combina con la cara.-Dijo Caitlin.


-Me estás llamando fea?! Yo soy la cantante y me estás diciendo fea?


-Si, te estoy diciendo fea.-Dijo sin ningún problema la otra.


-Yo no voy a permitir que una costurera me falte el respeto de ese modo!-Exageró Amelie.


-Qué tenés contra las costureras?-Dijo Caitlin que no entendía por qué la llamaba así como si fuese algo malo.


-Sabes lo que voy a hacer con tu porquería? Esto hago!-Dijo desafiante y lo rompió.


-Nooo!-Dijo Caitlin.


-No qué?-Dijo la otra y lo rompió aún más.


-Oooh.-Dijeron todos los presentes en la habitación, como siempre que se avecinaba alguna pelea.


-Que alguien me agarre porque la mato!-Dijo Caitlin


-Yo te voy a matar.-Contestó Amelie.


-Agarrame.-Dijo Caitlin a la muchacha rubia que se encontraba a su lado, como en las películas, y esta obedeció.


Caitlin se abalanzó sobre Amelie y comenzaron a pelearse. Era predecible que esto terminaría así, alguien debía ponerle los puntos a Amelie y Caitlin no era exactamente una persona paciente.


-Cuidado con la batería!-Agrego Ron, a quien no le importaba la situación, sino que pudiesen hacerle algo a su querido instrumento.


Y al fin, con algo de dificultad, lograron separarlas.


-Me sacó el cabello! Te odio!-Decía gritando Amelie.-Costurera de porquería!


Caitlin solo reía con un trozo de cabello de la joven en su mano.


-Mira lo que hice con tu ropa.. mira!-Dijo Amelie.


-Si, ya lo vi, ahora tendré que cocerlo todo nuevamente!-Se quejó Caitlin.


-No, no tendrás que coser nada de nuevo, porque yo me voy!-Contestó la otra.


-A dónde?-Preguntó Ron sin entender.


-Me voy de esta banda inservible!-Dijo y se retiró del lugar mientras seguía gritando y maldiciendo.


-Loca!-Dijo otro muchacho.


-Y ahora?-Preguntó la joven rubia.


-Hay que cancelar todo.-Se resignó Ron.


-Y vamos a perder la única oportunidad que tenemos?-Se preguntó otro.


-No lo puedo creer...-Agregó la joven rubia.


Mientras tanto en la residencia McCartney...


-Samantha, abrir la puerta inmediatamente!-Decía Dagna golpeando.


-Dagna, dije que de aquí no me muevo. Querés llevarme al campo? Trendrás que llamar a la policía.-Contestó la joven  del otro lado mientras leía una revista.


-Mi no soportar más esta casa de locos, Gaspard.-Decía la alemana al cocinero.


-Que mal que está!-Dijo Beatrice a su hermana.


-Y si me encierro yo también? Asi...-Propuso Willy.

-Ni se te ocurra.-Interrumpió Beatrice.

-A ver, Dagna, dejame a mi.-Dijo Sandy y se puso frente a la puerta.- Samantha, no seas infantil, no ganas nada comportándote de ese modo.


-Y quién quiere ganar algo?-Contestó la joven del otro lado.- Lo único que quiero es no ir al campo.


-Usted va a venir al campo con nosotros, aunque tengan que sacarla los bomberos!-Dijo Dagna.


Mientras tanto en algún lugar de Londres...


Amelie caminaba apurada y sumamente enojada, aún no se había sacado el vestuario roto, que le otorgaba un toque de locura a su aspecto.


-Amelie!-Dijo Caitlin quien la había seguido con su bicicleta.


La joven comenzó a caminar aún más rápido.


-Amelie!-Volvió a llamar.


-Dejame en paz!-Contestó la otra sin voltear.


-Amelie, por favor, espera un minuto, nunca vi a alguien que cantase mejor en la vida.-Dijo Caitlin a ver si aquello resultaba. Pero la otra joven comenzó a correr, en vista de que la estaba alcanzando.-Por favor, vuelve!


-No, callate!-Contestó, no había caso.


-Por favor! Y yo me voy para siempre de la banda.-Trató de remediar Caitlin.


Pero ya era tarde, la joven había cruzado la calle y subió al primer taxi que pasó por allí.


En la residencia McCartney...


-No poder hacer polvo con nosotros adentro, así que plastificación quedar suspendida. Yo llamarlos cuando nos vayamos al campo, adiós.-Decía Dagna a los hombres que iban a trabajar adentro de la casa.


Una escalera se encontraba allí en el jardín, colocada contra la pared, y llegaba justamente a la ventana de la habitación de Samantha.


-Listo Peter?-Preguntó Dagna.


-Si, quiere que suba?-Contestó el joven que manejaba el auto, el chofer de la familia.


-No, no, yo subir.-Dijo la mujer.


-Dagna, sería mejor que subiese Peter.-Sugirió Sandy.


-Perdón señorita, quién ser la institutriz? Peter ser? Yo ser, yo subir.-Dijo y comenzó a subir, quejándose.-Ay, no sé por que venir a esta casa!


Ascendía con cuidado especialmente porque la escalera no estaba en el mejor estado. Al terminar de subir todo el tramo, llegó a la ventana, que por cierto estaba cerrada, y observo que Samantha estaba escuchando música muy concentrada.


-Samantha!-Llamó, pero la joven no la oía.-Samantha abrir la ventana!


-Que sucede?-Preguntó Sandy.


-Niña estar con música en los oídos.-Contestó la mujer.


-Dagna, por qué no baja? Es muy alto.-Sugirió Peter.


-No ser alto, yo no tener miedo a las altura aaaaa.-Dijo observando cuan alto estaba.-Estar mareada, me marea!


-Dagna, baja por favor de allí!-Dijo Sandy.


-No poder bajar... estar mareada.-Contestó la mujer.


-Pero se quedó ahí!-Dijo Willy.


-Bueno Dagna, yo subo a buscarla.-Dijo Peter comenzando a subir.


-No no! Ser muy peligroso, la escalera no va a aguantar.-Decía la mujer en las alturas.


-Entonces la ayudo a bajar?-Preguntó el joven.


-No, no. Yo no poder moverme, estar mareada.-Contestó.


-Entonces que hacemos?-Preguntó Peter.


-Llama a los bomberos.-Dijo Sandy a Gaspard, el cocinero.


El hombre se dirigió hacia dentro de la casa y tomó el teléfono.


-Esta casa es un caos.-Se dijo.- Voy a llamar al señor Paul...




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Ahí está el otro capítulo. En realidad la 2da parte. Jaz ya apareciste! Me facilitás la vida queriendo ser la mala jajaj porque no sabía que nombre ponerle. Pobre Paul, son unos quilomberos ustedes (?